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Nos encontramos en la última Parashá de la Torá y en ella Moisés antes de su muerte, imparte su bendición a las Tribus de Israel. Estudiamos el paralelismo con la bendición de Jacob sobre sus hijos, la importancia de entender que nosotros heredamos tanto las promesas como la responsabilidad de honrar a YHWH a través de nuestra obediencia a los mandamientos.

Finaliza Moisés con alabanzas al Omnipotente, que daría protección y amor eterno al Pueblo, en la medida que admitieran y aceptaran que Él es quien tiene el poder infinito. Los días de vida de Moisés llegaban a su fin, y es cuando subió al monte Nebo, según lo indicado por YHWH. En ese lugar le fue mostrada toda la Tierra de Israel, esa tierra que sería luego entregada a los Hijos de Israel. Muere Moisés y YHWH mismo, lo enterró en el valle en un lugar que nadie ha podido conocer a través de las generaciones. Fue llorado por el pueblo durante treinta días en señal de duelo.