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Pinjas, nieto de Aarón, hermano de Moisés, quien en un levita celoso y justiciero, arremete con su lanza, matando a Zimri -cabeza de la tribu de Simeón- quien estaba en plena acto sexual ilícitamente con la madianita Kosbi. El contexto, los israelitas estaban sucumbiento fatalmente ante la seducción de las prostitutas de Madian, nos presenta, como efecto de este comportamiento, la muerte de veinticuatro mil personas a causa de una temible epidemia. Pinjas, nos dice la Tora “se levanto de en medio de la congregación” y en una acción de total entrega e incondicionalidad, ejecuta a los transgresores, deteniendo con ello la mortandad debida a la epidemia. El texto bíblico nos relata, como YHWH aprueba este acto tan controversial, y le otorga el pacto de paz y el sacerdocio eterno, por cuanto “el tuvo celo por Dios, e hizo expiación por el pueblo de Israel”. Pinjas, pues, representa la fuerza del compromiso y la misión espiritual de cada uno de nosotros, y la voluntad de cumplirlos cabalmente sin importar las consecuencias.